Tuesday 29 April 2008

Gracias BNC

Aquí estoy de nuevo después de casi tres semanas en España. En principio iba para 10 días, pero como surgió lo de la gira del ballet, se convirtieron en 18 así que no fue hasta el lunes bien entrada la tarde que por fin regresé a mi hogar londinense. Estoy preparando un post sobre bolsos pero he visto que su elaboración me va a llevar más de lo que pensaba y hace un rato mi adorada MI me ha sugerido que, mientras tanto, escribiese un post sobre esta última experiencia, así que a ello voy.

Estaba yo por tierras del sur de Alicante, justo en la frontera con la Región de Murcia, con los nervios a fleur de peau ante la conferencia en la que interpretaba al día siguiente y tomando un café con MI y EdS, cuando recibí una llamada desde Valencia pidiéndome que me necesitaban lo antes posible para ayudar con la coordinación de la gira del Ballet Nacional de Cuba por la Comunidad Valenciana. La verdad es que era difícil decir que no a semejante oportunidad, así que el viernes con una resaca bastante aguda, me volví a mi adorada ciudad, pasé rápidamente por casa de mis progenitores para comer algo y ponerme divino de la muerte para la ocasión.
Básicamente mi función en estos días ha consistido en acompañar al ballet a todas partes: clases, ensayos y actuaciones, asegurándome de que todo estaba en orden, los autobuses estaban listos y esperando a su hora y de que el mismo número de bailarines que salía del hotel regresaba también (por aquello del asilo político y eso jeje), atender a los medios, etc.
Por supuesto, si algún bailarín pillaba una gastroenteritis o a las bailarinas les salía algún furúnculo por depilarse mal, llevarles al médico también entraba en mis obligaciones y tuve ambos casos, que requirieron tres visitas al hospital.
La obra que han estado representando ha sido Giselle, de Heinrich Heine, un drama romántico del sXIX que el ballet interpreta maravillosamente, además acompañado por un decorado y vestuario de quitar el hipo.
Afortunadamente, en todo esto conté con la inestimable ayuda de mi queridísima Teresa Plaza, vieja amiga a la par que hermana de uno de los directores de cine españoles del momento, que ha estado conmigo en todo este periplo. Juntos hemos disfrutado, perdido los nervios hasta casi el llanto y reído a más no poder con todas las cosas que nos iban ocurriendo, entre hospitales y jefes de producción histriónicos sin parangón.
En un par de ocasiones, porque hacían falta figurantes para el escenario, me correspondió el honor de vestirme de soldado de época apareciendo al fondo del escenario con unas mallas que me cortaban la respiración, una especie de peto hasta la cintura con mangas abombadas y cuatro tiras que caían cadera abajo, unas botas, un sombrero estilo 'paella valenciana' que me estaba pequeño y una lanza gigantesca que pesaba más que yo y que tenía que portear hasta el centro del escenario y sujetar mientras mantenía el semblante serio típico de los soldados (no terminé con un esguince en la muñeca de milagro).
Todo esto me ha permitido ver la obra desde la prespectiva del espectador, sentado entre el público, también entre bambalinas con los bailarines y técnicos de un lado a otro y también desde el propio escenario, como un bailarín más, lo que tengo que decir que ha sido todo un privilegio y una experiencia sensacional.
Tanto el cuerpo de baile como el equipo técnico así como los profesores y producción se han portado maravillosamente con Teresa y conmigo y, si bien ha sido una experiencia agotadora, a la vez ha sido enriquecedora y fantástica llena de muchos momentos irrepetibles.
Gracias y hasta siempre, Ballet Nacional de Cuba, espero poder veros en La Huella de España.
Feliz puente a tod@s y Bss Mil,

ElPajarito
PD- Sorry si a lo mejor no he estado totalmente inspirado pero es que tengo el día un poco raro y voy bastante liado con trabajo también.

Tuesday 15 April 2008

Finde Londinense Ideal

Heme aquí, con más bien pocas ganas de centrarme en lo que debería, que es una conferencia en la que voy a interpretar este jueves, y aquí estoy haciendo caso a mis adoradas blogueras preferidas, disponiéndome a escribir sobre lo que sería un finde ideal en London. Como he dicho ideal, pues cuando digo Dorchester o Grosvenor House, pues léase ElPajarito's house, pero bueno, me entendéis.

Pues mi finde ideal comienza encontrándome a las 12 en punto del medio día con mis maravillosas amigas blogueras y con Franky El Magnífico en una suite del hotel Dorchester de la capital. Las pobres están algo cansadas del madrugón y ligeramente alborotadas después de un vuelo en jet privado y un trayecto en Daimler con chauffeur desde el aeropuerto de La City hasta Park Lane, donde está el hotel. Es que el tráfico londinense está mu má. Hemos decidido que nos suban un brunch a modo de tentenpié a la suite, así reponemos fuerzas velozmente a la vez que acabamos con las existencias de Martini del minibar. Nuestra Divina ha decidido que lo mejor va a ser coger el toro por los cuernos y atacar de pleno Bond Street, así que nos apresuramos asecensor abajo y nos amontonamos en el Daimler y el Bentley Continental que vamos a tener a disposición todo el fin de semana (con chauffeurs incluidos of course, que bastante tenemos con aguantarnos los Martinis de tienda a tienda).
El tráfico en Londres es una pesadilla y nos ha costado DOS Martinis llegar de Park Lane a Bond Street, de suicidio, pero casi que mejor, porque Franky nos ha estado deleitando con un montón de anécdotas curiosas vividas con La Divina, lo cual no sólo ha amenizado el infame trayecto, sino que encima lo ha hecho cortísimo, quizás los Martinis han ayudado a eso también jeje.
Ambos coches llegan prácticamente a la vez y nos paran justo delante de Louis Vuitton, donde las chicas salen posesas a toda velocidad hacia la tienda, con la esperanza de hacerse con el Tribute Patchwork, la última creación. Desafortunadamente ni pese a ser amigo de Francesca Mulla, la store manager, hemos podido saltar la lista de espera. Para soliviantar el disgusto nos hemos comprado un pañuelo con estampado animal cada uno, en distintos colores of course, vamos ideales todos, parecemos La troupe Vuitton jajajaja... Después de LV, le tocó el turno a Gucci, Armani Collezzioni, D&G y un largo etcétera. Los chauffeurs no saben si pedir refuerzos para poder acarrear la ingente cantidad de bolsas acumuladas, o si echar a correr y que nos give for sack to all. Mi querido Fawaz, director creativo de Di Grisogono, me dijo que no olvidase pasarme por su joyería cuando llegase tan ilustre grupo de visitantes, así que lo dejamos para nuestro final en Bond Street. Obsequió a las señoras y señoritas con un colgante solitario de lapislázuli divino de la muerte; dos pulseras sensacionales para Franky et moi.
Ni en Vuitton, ni en Prada, ni en Gucci ni siquiera en Di Grisogono nos han puesto un mal Martini, no podemos más, a los coches a beber a la voz de ya.
Hemos decidido comer en el Oyster Bar de Harrods, adonde llegamos tres copas más tarde y nos sirven caviar beluga, ostras del Cantábrico y Moët Chandon Rosé Brut Impérial. Después de tanto estrés estamos agotados, ni la simpática Lourdes, encargada del Oyster Bar, ha conseguido quitárnoslo de encima. Decidimos regresar al hotel para una siesta y retomar fuerzas para la noche, por supuesto sin dejar de beber por el camino.
Son las 8 de la tarde y nos encontramos de nuevo bebiendo en los coches, de camino a Le Pont de la Tour, en Buttler's Wharf, justo delante del Tower Bridge. La noche está tranquila y despejada y el director del retaurante, Michael Clark, nos ha guardado la mejor mesa, la que da íntegramente a la cristalera, por lo que la vista que tenemos sobre el río y sus puentes es más que privilegiada. Nos sirven unos Cosmopolitans mientras esperamos los entrantes y Walter, el sumiller, nos aconseja un vino blanco de Borgoña espectacular que le acaba de llegar y nos asegura es exquisito.
Después de muchas botellas de blanco de Borgoña y varios Cosmos y Martinis, intentamos entrar a los coches de la manera más decente posible para que, al ritmo de I will survive y La Isla Bonita, nos lleven al Soho Revue Bar, discoteca divertida donde las haya y donde además hacen los mejores, y creo que únicos, mojitos de mango de la ciudad. Julien, el floor manager, nos conduce hasta nuestras mesas, que estratégicamente ha elegido al lado del podio donde animadamente baila un joven gogó brasileño en tanga de muy buen ver y mejor tocar, que hace las delicias del público allí congregado, junto a su compañera que se mueve y contorsiona en el podio de enfrente. Por supuesto, decidimos que el gogó se puede unir a nosotros mientras tomamos una copa de Bollinger Cuvé. Después de mucho champagne, risas y roces furtivos "accidentales" con el gogó, Julien nos invita a subir arriba, al pequeño reservado donde, no recuerdo su nombre pero polaco guapísimo, nos va a preparar sus famosos mojitos de mango, que además sirve con un ligero acento polaco que te caes de espaldas. El dj nos ha puesto todo lo que queríamos oír, pero a las 3.30 cierran, nos echan.... Volvemos al hotel para seguir montándola allí, no sin antes parar en un corner shop asegurándo así el suministro Martinil.

Ya es sábado, son las 11 de la mañana, no sabemos quiénes somos ni cuándo ni cómo nos hemos acostado. Llamada de crisis y 45 minutos más tarde estamos todos paracetamolizados perdidos en el restaurante del hotel, donde de no ser por nuestra Divina no nos habrían servido el desayuno por las horas que eran. Hemos desayunado café con Martini y decidido que iremos a One of a Kind, la mejor tienda de second hand que puedas encontrar en la capital, situada en Portobello Rd, donde Jeff, mi querido Jeff, nos recibe y enseña lo último de lo que ha recibido y nos concede el privilegio de pasar a su "cuartito trasero". Las chica están disfrutando de lo lindo. Franky yo más :-)
Antes de marcharnos, las chicas insisten en ver el mercadillo de piel de Portobello, habrá que complacerlas. Estamos famélicos perdidos, pero el cuerpo no está para demasiado tute, bebamos más. Decidimos ir a comer a The Ivy, en Leicester Square, pleno centro, adonde llegamos con un pedo de Martini considerable y con un montón de caras conocidas de la capital británica, pero sin rastro de La More Grande. Se nos han hecho las 5 y estamos absolutamente borrachos, lo mejor va a ser ir a tomar unos Martinis al Savoy, ya que si tomásemos un tñe se nos haría todo demasiado agrio, Martini mejor. Con el tiempo justo para llegar al hotel, cambiarnos y saltar de nuevo velozmente a los coches para retomar nuestros vasos de Martini, estamos de camino a Yoshino, mi japonés favorito, en Picadilly. Lisa la directora nos ha puesto en el piso de arriba para nuestra mayor tranquilidad y nos ha elaborado una cena a base de degustación de sus especialidades, sushi, sashimi y tempura con el pescado más fresco que se pueda comer en el país. Pedimos Martini y sake, no hay Martini, horror. Al pobre Tanaka, el camarero de abajo, le ha tocado ir a conseguir una botella. Le vamos dando al sake mientras tanto y picando edamames.
Después de cenar retomamos nuestras posiciones en los vehículos y los vasos de Martini en nuestras manos, nos esperan en Boujis!!!!!!!!!!!!!!! ¿Veremos a Guillermo y Harry esta noche? ¿O quizás a Sarah Harding descocada perdida empotrada contra alguna pared por cualquier macarra de turno? Mi querida Jane Carson ya se ha encargado de que tengamos un par de buenas mesas con vistas a la pista de baile. El Veuve Clicquot Ponsardin y los Cosmos van que vuelan. Las chicas están alborotadísimas, casi no puedo ni controlar a Franky, ¿qué pasa? Normal, ante un grupo de señoritas con tanto glam, garbo y gracia capitaneado por Mr Franky et moi, Amy Winehouse que pulula por allí ha querido unirse a nuestra mesa, así se me ha puesto el personal, en fin. Amy en el grupo, sigamos bebiendo..... Son las 5 de la mañana y seguimos en Boujis, pero ya no sabemos ni quiénes somos ni nos conocemos entre nosotros. ¡Misión Cumplida! ¡Que vivan los Martinis, las chicas, Franky y Amy!
Domingo ya, después de dormir la mona y de que nos suban el desayuno a la habitación con zumo de tomate en cantidaes industriales, el grupo ha de prepararse para tristemente regresar a Spain. Sorry pero yo con el resacón que llevo no me voy hasta el aeropuerto para luego volver solo, nos despedimos con unos besos así rollo pus-pus en el hall del hotel y ya, bueno no, primero un brindis con Martini por un finde tan apoteósico. ¡Hasta la próxima!
Bss Mil

ElPajarito
PD- Los chauffeurs se volvieron abstemios después de aquel finde.
PD2- Los museos y eso ya los dejamos para la siguiente vez, en un finde no da tiempo a todo.

Saturday 5 April 2008

Tortura China

Debo empezar este post agradeciéndole la inspiración a una comentarista del post de mi adorada Yael, ¡cómo me he reído esta noche leyendo su post y los comentarios!
Ay, con cuánta facilidad se dice aquello de "esto es un martirio chino" o "esto es peor que una tortura china", cuando en la mayoría de los casos nos estamos quejando de algo que simplemente nos molesta o, hablando en plata, nos da por saco. Pues quiero exponer yo lo que, para mí, sí es, o fue, una tortura china, creo que con todas las letras y la propiedad de la expresión.
Todos conocemos que la economía es un campo muy desarrollado en el país del sol naciente, o sea, Japón, para el que ande medio dormido o despistado. Los salarios son altos y la jornada laboral larga, encima cuando quieren ponerse en huelga van y trabajan más para causar superproducción y fastidiar a la empresa, mira que son retorcidos eh. Pero bueno, que esto no va con mis pobres japos queridos a los que adoro.
Pues bien, en el gigantesco, paupérrimo y superpoblado país vecino, China, intentan aprovechar esta supereconomía como pueden, igual que hacen con todo, en fin. Se van allí a trabajar, como chinos literalmente, de cualquier cosa; el empleo más común para un inmigrante chino es ayudante de cocina, o sea, a fregar platos como un poseso toda la noche. Trabajan mucho y muy duro para luego mandar dinero a sus familias en su país. Hasta aquí me parece estupendo y súper loable todo.
Claro, el tema empieza cuando hay que hablar de los visados de trabajo, que ahora mismo ignoro cómo está la situación pero hace años se conseguían a través de un visado de estudiante, que sólo se podía obtener y mantener demostrando asistencia escolar. Y aquí es donde empieza a escocerme el tema ya un poco, porque las escuelas de japonés están superpobladas de "estudiantes" chinos, de hecho muchas escuelas, como era el caso de la mía, se mantienen gracias al dinero que les sablan a estos estudiantes, cosa que aún me escuece más por lo que ahora sigo explicando. Estos "estudiantes", en realidad no tienen el más mínimo interés en aprender el idioma, van a clase porque si no se quedan sin visado de trabajo y no pueden mandar guita a casa. Pero lejos de por lo menos, ya que ellos estan jodidos, respetar a los compañeros que están allí para aprender (en mi caso yo era el único no-chino de mi clase), pues no; ellos voceaban tranquilamente comentándose sus cosas que parecía que estabas en medio de un mercadillo cantonés, otro que venía directo de fregar platos dormía roncando tranquilamente, otro sorbía tallarines a discreción (en Asia sorber tallarines no está mal visto, pero a mí me repateaba de una manera sobrenatural), otro se sacaba mocos y hacía pelotas con ellos (perdonadme la guarrada pero era así), otro escuchaba música con cascos cantando en voz alta, etc... Y si encima de tener que pasar SIETE horas al día con estos 24 individuos, tienes que intentar, como mejor veas, prestar atención al pobre profesor o profesora que encima está más asqueado que tú y no puede con su vida (con lo que le pone unas ganas como para saltar Fujiyama abajo de cabeza) además de sacar algún provecho de ello, como puede ser entender la pasiva pluscuamperfecta en japonés o el orden en el que debes escribir un kanji de 18 trazos, a todo esto añadiendo que en Tokio en verano puede hacer unos 43 grados (sin aire acondicionado) a un 88% de humedad, por ejemplo, pues te dan ganas de colgarte del primer cerezo en flor que pesques. Yo sinceramente y sin ánimo de vanagloriarme, creo que en su momento me merecí un premio por todo el japonés que aprendí allí en aquel tiempo, en serio.
Si alguien se pregunta por qué los profesores no dicen nada, es por lo que comentaba anteriormente, la mayor parte de los ingresos de muchísimas escuelas sale de esta gente, así que los pobres callan y se hacen los suecos como si allí no pasase nada, con la de vidilla y actividades supraculturales que ocurrían paralelamente en aquellas aulas, ¡por Dios!
Debo decir que la única vez que he visto a un japonés, japonesa en este caso, perder los estribos y maldecir a todos los dioses de su paraíso budista juntos, fue en aquella escuela. Mi adorado amigo Pappu y yo nos escapamos a fumar un cigarro y al pasar por delante de los aseos vimos a la pobre Watanabe sensei llorando junto a otra profesora que ni me acuerdo de quién era, y maldiciendo todo lo que podía. Resulta que además de todo lo descrito anteriormente, también se dedicaban a robar el papel higiénico y el jabón de los aseos y la pobre explotó. O sea, que si encima de los 45 grados y la humedad apoteósica, te ha sentado mal el pulpito enano vivo que te han dado de cenar en casa la noche anterior y tienes una gastroenteritis que parece que te haya entrado el dengue, asegúrate de irte al váter con un paquete de pañuelitos, o una toalla, o algo, porque si no, gracias a los chinos, estás más que bien jodido. Y para quien se lo pregunte, sí, me pasó. Y no, no llevaba pañuelitos ni nada, pero por suerte mi amigo Pappu estaba liándose un porro de una sustancia muy muy tóxica y psicotrópica justo al doblar la esquina de los baños y me salvó el culo, nunca mejor dicho.
Pues bien, lo anterior es mi concepto de una verdadera tortura china. Y espero que no se me vaya a ofender nadie ni me vayan ahora a tachar de racista, encima, hasta ahí podíamos llegar.
Bss Mil,

ElPajarito

Wednesday 2 April 2008

La BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones)

Estamos ya en abril y se acerca peligrosamente la época de la BBC, como a mí me gusta llamarla, o sea, Bodas, Bautizos y Comuniones. ¡Qué horror!
Mira que a veces peco de anticuado y me gusta pensar que el matrimonio es el fin último de la pareja y qué bonito es todo lo de casarte, compartir ese día con tu gente y recordarlo por los siglos de los siglos. Pero dado el mundo en que vivimos hoy en día, hay que ser realistas. ¿Para qué casarse, con todo lo que conlleva organizar una boda, si tal y como están las cosas los matrimonios duran menos que el tercer cubata de la noche?
Podemos mirarlo desde el ángulo que queramos, boda tradicional o uniones civiles de parejas de hecho, está todo fatal y en un rato se termina echando a la cabeza del otro todo lo que pillas a mano. ¿Realmente vale la pena el megaestrés que supone organizar un bodorrio o unión civil? Empecemos sólo por conseguir la dichosa fecha, en el sitio que quieres, que es una odisea y casi que para cuando te dan día, igual ya no estás con esa pareja. Luego busquemos el traje, que en el caso de las chicas es como de suicidio, para muestra tomemos el caso de la pobre Belén Esteban, nothing more que decir. Y para el novio casi idem, porque seguramente quiera llevar un traje a medida y todo el proceso de diseño, elección, pruebas, etc es como para cortarse las venas a cámara lenta con un lápiz, fa-tal. Después de esto viene la elaboración de la lista de invitados, pensando en si a fulanito o menganita los invitas o no, porque ellos te invitaron o no, que si a la tía Segismunda la del pueblo, o al quiosquero de la esquina del pueblo de veraneo, un caos.
Luego tienes dos opciones, si eres de familia bien o tienes amigos idem, puedes celebrar el banquete en la finca de papá o en la del papá de tu best friend, lo cual reduce bastante el dolor de cabeza. Pero si eres ciudadan@ de a pie como casi todos, lo de cuadrar la fecha del enlace con la que te da el restaurante es también como para tirarse por un puente. Y luego elige el menú y no te olvides de poner la opción para vegetarianos, que ahora es muy cool y se lleva mucho, en fin. Ah, y la orquesta también, eh. Aparte de esto y dando por sentado que la lista de invitados está hecha y confirmada, ponte a distribuirlos y encima acierta, porque Luchi se lleva fatal con Sefi, que a su vez odia a muerte a Trinuca pero todas son amigas de la facu, o sea. O el tío Rogelio que no se habla desde hace años con el tío Hortensio y a ver adónde sientas por separado a uno de Despeñaperros y el otro de Villavieja de los Horteras, en fin.
Superados todos estos obstáculos y si no has decidido aún mandar a la porra la boda de las narices, tienes que llegar a un acuerdo con tu pareja sobre la luna de miel jejeje. O tienes mucha suerte y ninguno de los dos habéis estado, por ejemplo, en Bali y a ambos os encanta, pues bueno, pero si no, hay que organizar poco menos que un Concilio Vaticao para ver qué sitio os parece bien a los dos, y por favor, basta ya de lunas de miel todo a cien en el Caribe con pulserita incluida, que hace años era de mucho nivel pero está ya más visto que lo del apartamento en La Manga del 1, 2, 3.
Si eres uno de los invitados, tienes que comprarte un traje para la ocasión, of course, y que no coincidas después con la misma gente en las otras TRES bodas que tienes durante la temporada. Además elige regalito. En el caso de las bodas suele haber suerte porque bien hay lista de bodas o cuenta bancaria en la que poder ingresar una cantidad ingente que te duele en el alma, debo decir que esta última opción me parece fatal y mega impersonal, pero entiendo que a los novios es lo que mejor les viene, la guita contante y sonante.
Y pasemos a las comuniones, que no mejora la cosa. Al/la comuniante, con disfrazarlos de merengue o marinerito según el caso, pasa y arreglao. Pero el invitado se ve en la misma tesitura que en las bodas, ponte modelito y reza por no coincidir con la misma gente en el resto de comuniones que te esperan. Con lo del regalo pasa lo mismo, o tienes lista de regalos o siempre puedes llevar contigo el socorrido sobrecito con una pasta dentro que te sale de lo más hondo, seguramente para que la madre de la merengada acabe comprándose cualquier cosa o pagando el festín. Si a esto encima le añades que vives en el extranjero y te tienes que comprar un billetito de avión para acudir, es lo más de lo mega más de divertido.
Moraleja bodorril; animad a vuestros amigos y/o familiares a NO casarse never que no vale la pena, que se compren un piso para irse a vivir juntos y les regalas un jarroncito Swarovski o una alfombra indígena de tu último viaje a Latinoamérica, te va a salir muchísimo mejor.
Moraleja comuniantil; los valores cristianos están ya perdidísimos y sobre todo conforme se está poniendo el Vaticano últimamente con los nuevos pecados y esas cosas. El niño si quiere, cuando cumpla los 17, que se confirme y haga la Primera Comunión a la vez, se ahorra muchísimo.

Bss Mil,

ElPajarito