Wednesday, 7 April 2010

Campanas de Boda I / Wedding Bells I


Daban casi las nueve de la noche cuando llegué a casa de la modista para recoger la camisa de talle Oxford que llevaría para el gran día, nada podía salir mal, a la mañana siguiente me esperaba un viaje tremendamente largo hasta la isla sur de Nueva Zelanda y ya habíamos hecho dos pruebas para la camisa anteriormente, así que todo estaba perfectamente controlado, o eso pensaba yo. Por supuesto, la Ley de Murphy tenía que hacer aparición por algún lado… y vaya si la hizo, por la puerta grande. Al probarme la camisa, el corte de los gemelos me quedaba casi a la altura del sobaco, o sea, como si hubiesen cambiado mi camisa por la de un paje de boda de tres años y medio. Sudor frío, calor, escalofríos, espasmos, no podía sentir más sensaciones negativas a la vez recorriendo mi cuerpo entero. Para colmo, la señora modista me intentó consolar diciéndome que estuviese tranquilo, que eso con la chaqueta puesta no se notaba. ¿Qué no se notaba? Pero si parecía un niño demoníaco con gigantismo a punto de ser bautizado, ¡por el amor de Dior! Atacado de los nervios y sin saber qué hacer, me dirigí a casa de mi grandísima amiga L a desahogar mis penas y, para mi gran alivio y sorpresa, allí me dieron la solución; por suerte divina, la camisa de boda de su marido era exactamente igual que la mía, mismo corte, misma botonadura, encima me estaba relativamente bien. Con un programa rápido de lavado y secado y una buena mano de plancha, el problema quedó solucionado… pero sabe Dios lo que sudé aquella noche hasta que hube solucionado el tema. Nunca podré agradecérselo lo suficiente a mi L y su marido.
Al día siguiente, según lo previsto y, afortunadamente, sin más contratiempos y con muchísima alegría, tomé el primero de CINCO aviones que me llevarían a la otra punta del mundo, a Queenstown, Nueva Zelanda, para estar al lado de mi grandísimo amigo Pappu en el día de su boda… pasando por Madrid, Londres, Hong Kong y Auckland, para finalmente llegar a un aeropuerto recóndito y pequeño, dejado caer en medio de uno de los valles más bonitos que creo nadie pueda imaginar, el valle del lago Wakatipu. Allí llegué 40 horas más tarde, absolutamente derrotado (estos viajes ni en First son llevaderos), pero feliz y contentísimo, aparte de muy relajado con el masaje reflexológico que me hicieron en el aeropuerto de Hong Kong en las dos horas y pico de escala que hizo la aeronave para repostar. Y justo a pie de pista, cosa que sólo había visto en pequeños aeropuertos caribeños.

(No estaba tan cerca como parecía)

(Por fin, el aeropuerto de Queenstown)

Allí estaba esperándome mi amigo Pappu con su Groomsman (Hombre del Novio), Rohan, hermano de su futura esposa y gran personaje que llegué a conocer más a fondo de lo que hubiese podido sospechar. Mi equipaje llegó íntegro sin ningún problema y nada más subir al coche en el mismo aeropuerto, así a bocajarro colocaron en mi mano una botella de cerveza Speights, insignia del país, que bien fresquita junto con un arsenal de bebida traían en diversas neveras portátiles en el maletero… la cosa empezaba bien. De allí me llevaron a Waktipu View, la fabulosa zona residencial donde Rohan había alquilado una cabaña maravillosa en la que él, Pappu y yo pasaríamos nuestra estancia en aquella ciudad (todos ellos viven en Invercargill, dos horas largas más al sur).

(Nuestra casa y cuartel general)

Después de una muy necesitada y reparadora ducha, estaba listo para conocer a los padres de ella y a varios de los invitados al evento que ya habían llegado también. La madre de la novia nos ofreció una deliciosa y maravillosa cena “hangi”, carne de cordero del país con verduras cocinada a la manera típica, bajo tierra, que un restaurante local se encargó de preparar y traer a Gilmore Lodge, el fantástico chalet en que se alojaban la novia, su familia y damas de honor. Fue bastante gracioso y curioso porque, mientras yo me encontraba en lo que para mí era el ombligo del mundo, por no mentar otra parte anatómica más vulgar, rodeado de gente curiosa y nueva con costumbres totalmente alienígenas para mí, como saludarme con un abrazo y un restregón de su nariz contra la mía, resulta que era yo quien les parecía a ellos un alienígena, un ser mega peculiar que acababa de llegar como de otra galaxia, que encima podía comunicarse fluidamente en su idioma… Un señor me llegó a preguntar, muy inocentemente, si en España conocíamos el vino jajajajajaja, no me miccioné vivo allí mismo por educación y de milagro, pero fue TAN bueno. Después de la cena, los tres mosqueteros tomamos una cerveza en un local de la ciudad y regresamos a la casa, donde continuamos bebiendo, riendo y conversando pero más tranquila y cómodamente sin las formalidades familiares de por medio, además Pappu tenía que ponerme al corriente de muchos detalles del día de la ceremonia, que yo aún ignoraba y que, como padrino que era, me correspondía saber y tener bien bajo control.

(Los bichos, Rohan y Pappu)

Al día siguiente, viernes, con una sensación horrorosa de desubicación (lo que viene siendo un jet-lag monstruoso en toda regla, vamos), después de comprar unos Frapuccinos gigantescos en el StarBucks local, nos llevaron a todos en sendas furgonetas enormes a visitar una de las bodegas más importantes de la región de Otago, muy famosa por sus buenos caldos de uva blanca y roja. Durante lo que fue una cata divertidísima, no pude parar de reír con todos los agravios e improperios que soltaba la abuela de la novia, una señora de armas tomar que no soltó mi brazo en todo el día y a la que, por suerte para mí, debí de caer muy en gracia ya que aparentemente dijo a todo el mundo lo encantador y extremadamente educado que era el padrino que había traído “ése que se iba a casar con su nieta”, menos mal. Ya de vuelta a la ciudad, enclavada justo en medio de la Bahía Wakatipu que forma el lago idem, y con la percepción considerablemente distorsionada por los vinos de la cata y las varias botellas que aún cayeron después y durante el camino de regreso, hubo que hacer de tripas corazón y adecentarse para acudir a otra recepción que la familia había organizado en un maravilloso restaurante francés , con los invitados de la noche anterior y los nuevos que iban llegando para la celebración del día siguiente. El Maestro de Ceremonias maorí, Joe, las damas de honor australianas, Ange y Dimi, locas como cencerros y muy divertidas, los maravillosos y embriagadores vinos y marihuana neozelandeses y todo aquel contexto nuevo para mí y que tanto tiempo llevaba anhelando descubrir, hicieron que la noche de aquel viernes fuese una de las más especiales y divertidas que he pasado en toda mi vida. Dicho sea de paso, a petición de Pappu, tuve que acabar mintiendo a su futura suegra para que accediese a dejar que su marido saliese con la juventud aquella noche a celebrar la última noche de solteros de los novios, para lo cual argüí que en España el padre de la novia “es imprescindible” en todas las despedidas de soltero que se precien… lo que le toca hacer y decir a uno a veces, en fin. Por cierto que también estaban entre los invitados aquella noche la esposa e hijos del señor Hori, anterior alcalde de la ciudad nipona de Kobe y fundador de uno de los mayores emporios empresariales del país del sol naciente, que me parecieron una verdadera delicia de gente. Aun así, lo mejor estaba aún por llegar.

Y llegó, el ansiado día D. Pese a lo increíble que pueda parecer, sobre todo después de una noche como la que precedió a aquella mañana, amanecimos todos excelentemente serenos y campantes, a la vez que embriagados por la alegría de lo que estaba a punto de acontecer aquel día. Entre nervios, estrés, carreras arriba y abajo preparándonos para la ceremonia, Pappu me llamó desde una de las habitaciones de la casa y, cerrando la puerta y con gesto y semblantes ultra solemnes, sacó de un cajón un pequeño contenedor de madera lacada envuelto en papel de seda amarillo que me entregó, mientras me agradecía de corazón el haber ido hasta allí para estar a su lado en ese día (me dejó temblando hasta la cremallera del pantalón, el muy jodío, menudo speech se marcó) y explicándome que lo que estaba a punto de abrir había pertenecido a su familia por varias generaciones y que había sido realizado por los artesanos de Royal Bengal, la casa de joyería de las últimas casas reales indias y bengalís (para quien no sepa o no recuerde, mi amigo Pappu es bengalí). Y después de esto, con manos temblorosas, abrí el recipiente para descubrir un conjunto de gemelos y aguja de corbata de oro amarillo y amatistas absolutamente epatante. Obviamente me faltaron las palabras y, tras musitar un sentido “gracias”, no pude más que darle un emocionado abrazo. Y por si aquello no había sido suficiente, sacó otros dos cofrecitos en los que se guardaba los gemelos que, a conjunto, íbamos a llevar ese día. Se trataba de unos gemelos soberbios de platino con una cenefa rectangular de diamantes pera de corte brillante, de la casa inglesa Goldsmith, que en esta ocasión eran un préstamo de su abuela, que habían pertenecido a su abuelo y tío abuelo ya fallecidos. So pena de sonar vulgar, lo único que se me ocurre para describir cómo me sentí es que estaba flipando en colores fosforescentes. Y después de todo aquello, aún me hizo entrega de los anillos nupciales para que llevase su custodia hasta el momento de entregárselos al cura en el instante oportuno de la ceremonia. Creo que en una sauna siberiana a 70 grados no se suda tanto como yo en aquel momento.


(El juego de gemelos y aguja de Royal Bengal, absolutamente epatante)

Después de brindar con la última cerveza de soltero para Pappu, Hideaki, hijo del señor Hori de Kobe que mencionaba anteriormente, Rohan, hermano de la novia y Hombre del Novio, Pappu y yo llegamos a la iglesia dando un breve pero precioso y muy divertido paseo, a lo Men in Black, bajo la mirada y escrutinio de todo el que había por la calle, ¡y cuánta gente había por la calle aquel sábado por la mañana!

(Hide, Pappu y Rohan brindando con la última cerveza de soltero para el novio)

Por cierto que, por mucho que los cuatro lo intentamos, ninguno fue capaz de poder colocar las rosas de solapa típicas en las bodas anglicanas, aunque por suerte la fotógrafa, Jenny, que nos esperaba en la iglesia, era toda una experta en esas lides y en un momento nos dejó a todos hechos un pincel. Allí aguardamos a los invitados y, ya dentro del tempo, a los pies del altar y derechos, Pappu, yo a su derecha y Rohan a la mía, esperamos pacientes y emocionados la entrada de Mel, la novia, que llegó radiante y esplendorosa del brazo de su padre con un precioso tocado estilo colmena imperial (algo así como en la antigua corte francesa), con un preciosísimo vestido corte princesa de Lanvin del que Mel se había enamorado y que su madre consiguió hace varios meses en una subasta londinense, que ya en Nueva Zelanda habían retocado para conseguir que la novia luciese absolutamente radiante, como toca. (Y se casaron; tachín tachín, tachín, tachín...)

Después de una ceremonia con su toque justo de emotividad y longitud que no se hizo pesada ni cargante para nadie, el prelado declaró a los novios marido y mujer y, tras una breve lectura del Hombre del Novio, salimos todos a celebrar el enlace, cuyos fastos comenzaban con un crucero alrededor de la bahía Wakatipu y una parada en una bodega del Walter Peak, donde nos pusieron tibios a vinos de la región. Durante el recorrido en barco no dejaron de servir champán, vino y frivolidades saladas, que yo tuve que disfrutar muy comedidamente ya que no mucho después tendría que dar el Bestman Speech y debía mantenerme bien entero para el momento, pero sin duda fue muy entrañable y divertido. De nuevo en tierra firme y dando tiempo a que los invitados llegasen y se aposentasen en The Bath House, lugar del banquete, los del cortejo nupcial nos dirigimos a un hotel boutique ideal que había muy cerca del Bath House y tomamos algo mientras charlábamos y hacíamos tiempo.

(El TSS Earnslaw, barco en que nos llevaron de crucero)

(Bodega de Walter's Peak, preciosa)


(Pappu en el Earnslaw con la placa para el coche nupcial que llevé desde España)

Y llegó la hora de ir hacia el restaurante, ceremoniosamente colocados, los novios en primer lugar, seguidos de mí y una dama de honor, a nuestra vez seguidos por Rohan y su hermana pequeña Louise, otra dama de honor. Y en último lugar, no me preguntéis a qué saint, nos seguía un gaitero escocés todo ataviado comme il faut mientras entonaba melodías de los antiguos moradores de las Tierras Altas de Escocia, no llegué a preguntar pero imagino que Mel tendrá antepasados escoceses, si no, no acabo de entender el momento gaiteiro sacado de peli porno, una pena que no se me ocurrió comprobar si realmente iba vestido como toca (debajo del kilt escocés no se lleva ropa interior). To be continued…

Friday, 25 September 2009

Escapada Meiga

Coruña me recibió como toda ciudad de bien debe recibir a un visitante; con sol, luz, calor, alegría y buen tiempo. No es que fuese el Caribe en agosto, pero tampoco era Siberia en febrero y Lorenzo brillaba triunfal en medio de un cielo azul y despejado. La verdad, si después de levantarme a las 5 de la mañana y chuparme dos vuelos domésticos para cruzarme el país, llego a Galicia y me encuentro con mal tiempo, seguramente me habría tirado a la primera ría que hubiese visto.
Ahora bien, eran tantas las ganas que tenía de ese viaje y la alegría que me embargaba, que no me importó el ridículo que hice nada más poner pies en suelo gallego. Tuve mucha suerte y, además de que mi vuelo aterrizó con casi 15 minutos de adelanto, mi maleta salió la segunda por la cinta de equipaje, vamos, estas cosas que no te pasan casi nunca. Raudo y con un mono de tabaco considerable, salí hacia el exterior de la terminal, mirando en todas direcciones por si veía a Ely o María (me habían dicho que vendrían ambas). De repente, situose en mi campo visual, de espaldas, una joven de bellas curvas, con un aura de lo más interesante a su alrededor, que miraba a todas partes mientras con el semblante parecía querer deshacerse de un interlocutor que la estaba agobiando. Sin dudarlo me dije “ahí está”, y me encaré hacia ella. Cuando ya me aproximaba peligrosamente a ella, de cara, al no ver reacción alguna por su parte (de hecho siguió al teléfono con semblante molesto), decidí plantarme en jarras delante de ella y le hice un leve movimiento con la pierna demostrando mi impaciencia e incredulidad ante una María que no me reconocía. De repente “María” se dio cuenta de que realmente me estaba dirigiendo a ella y, aún con el móvil pegado a la oreja, me lanzó una mirada que decía “mira chaval, no sé qué droga te habrás desayunado, pero como sigas ahí te voy a rociar enterito con el espray anti-rapists (rapists de violadores, no de raperos eh jajajaja). Prometido que me dijo eso con la mirada y, ante tan robusta hostilidad, mis córneas se abrieron y mi cerebro comprendió que, efectivamente, no estaba delante de María, al menos, no delante de una de mis blogueras favoritas. Rápidamente, con un miedo atroz a que la interfecta bien sacase el espray o me arrease un bolsazo (llevaba un bolso de mercadillo tremendo de grande con el que me habría partido por la mitad) ya salí fuera del todo y, al no ver a nadie conocido, decidí esperar mientras me fumaba un cigarrito.
Pocos instantes después vi apresurarse hacia la puerta de la terminal a una bella y pizpireta mujer muy bien vestida, muy ad hoc con el tiempo y que claramente iba buscando a alguien, era nuestra Ely, ”¡menos mal!”, pensé. Había pillado tráfico y encima mi vuelo había llegado adelantado, pero yo ya estaba allí y ya nos habíamos encontrado, pensé que no podía ser mejor, me equivocaba, pues en algún lugar del aparcamiento del aeropuerto (que estaba adonde Dior perdió el Gaucho), estaban las otras tres mujeres con más glam de toda Coruña, sí, Noa, Pinkocha y María habían venido también. Ahora sí era perfecto. Después de los besos y abrazos de rigor, debo decir que las primeras palabras que Pinkocha compartió conmigo fueron (y póngase un acento galego de lo más gracioso): “Pero tío, ¿qué trajiste aquí, el traje de fallera?” jajajajajajajajaja, esto fue cuando metimos mi maleta en el portaequipajes de su coche, casi me micciono encima.
Del aeropuerto fuimos todos juntos a desayunar, para horror de las señoronas bien octogenarias de la capital, que indefensas tuvieron que tragarse una conversación que tan pronto versaba sobre las últimas tendencias del verano, como sobre sexo playero. Aquella noche, como para hacerlo todo aún más perfecto, nos llegó de visita nuestra Perla Negra, que se encontraba por la zona con una amiga. Fuimos todos juntos a cenar, al Naïf, of course, donde por cierto puedo corroborar que la lasaña de espinacas es la mejor que he probado in my life, además de las tostas que son como para quitar el sentido. Quien vaya a Coruña no puede marcharse sin visitar el Naïf, de verdad, ES-PECTACULAR. Como no podía ser de otra manera, luego no faltó el brindis con Cosmos en uno de los lugares más chics de la capital, aunque la amabilidad y saber hacer de los camareros, esa noche, brilló por su ausencia, pero la compañía era lo que importaba y fue inmejorable.
A partir de aquí el resto es historia, cuatro días absolutamente fantásticos en los que me he reído y divertido sobre manera y en los que las chicas me han cuidado como a un rey, además no sólo ellas sino también sus respectivos e incluso los hermanos de María, a quienes que fue todo un placer conocer. Lo que más me sorprendió y agradezco es que todos, absolutamente todos, me trataron como si me conociesen de toda la vida, al menos ése fue el sentimiento que yo tuve. Me llevo grandes momentos y recuerdos de esos que no olvidaré jamás, como la divertidísima, por surrealista, cena en casa de Noa y su esposo (“Los madrileños son de Madrid y los valencianos de Valencia” jajajajajajajajajajajajaja), o la subida a pie hasta el último piso de la Torre de Hércules con Ely, la visita al Pazo de Meirás…
Muchísimas Graciñas, Darlings ;-)
Aquí os pongo algunas imágenes de las bellas vistas coruñesas.



Pazo de Meiràs (gran momento histórico)

Torre de Hércules (¡por Dior qué viento!)
Playa de Orzán con la de Riazor enfrente (esto es justo delante de casa de Noa, ¡qué envidia de vistas!)
Bss Mil,

ElPajarito

Tuesday, 25 August 2009

De divas, paletas e ilusos


Por fin estoy por aquí de nuevo. Desde mi regreso de Japón, entre cubrir huecos vacacionales de compañeros en la oficina y ajetreos personales varios, me ha sido imposible escribir más, aunque no por falta de ganas sino de tiempo, ese bien tan preciado que a veces nos gustaría ser capaces de multiplicar como hiciera Jesús con los panes y los peces hace ya un par de milenios. Además, este mismo viernes, de buena mañanita, vuelvo a volar a mi queridísimo Japón por una semanita en otra misión laboral y a mi vuelta, Dior mediante, me voy de vacaciones, por lo que no quería dejarme el blog así de desangelado durante tanto tiempo, con lo que os dejo este post para manteneros entretenidos y pido disculpas por la involuntaria ausencia.

Días atrás leía en el periódico que el representante de Madonna tiró a la basura un presente que le entregaron, nada menos que de parte de la esposa del primer ministro estonio, para la diva. Resulta que el pasado 4 de agosto la Ciccone daba un concierto, como parte de su gira Sticky & Sweet, en la capital de Estonia, Tallin, y Evelyn Ilves, esposa de un señor de apellido ídem que resulta ser el primer ministro del país, pobre ilusa, pensaba que podría tomar el té y compartir cotilleos varios con la reina del pop como viejas amigas, seguramente para luego comentarlo todo, sin dejarse ningún detalle, con sus amigas marujas de la capital báltica. Y se ve que cuando a Madonna le comentó su representante que la primera dama quería verse en audiencia privada con ella, sus de por sí marcadas venas debieron de ponérsele como escarpias del horror. Con el veranito que le está dando su toy-boy brasileño, tema que después abordaremos, lo último que le faltaba a Madonna era tener que aguantar a una paleta del este cualquiera venida a más, por muy primera dama que sea ahora. Encima, la señora Ilves parece ser amante de la vida sana, las dietas macrobióticas, el ejercicio desaforado y un montón de cosas más que Madonna también practica, por lo que la pobre Evelyn ya se veía compartiendo trucos, opiniones e impresiones con la cantante, que ipso facto dijo a su manager que una full de Estambul, que pasaba de la primera dama y que le podían dar mucho viento fresco del que corre por aquellos lares. Ante la negativa de la diva, la estonia, se ve que ansiosa de quedar como una paleta arrastrada, aún entregó a su personal un regalito para la estrella… ¡UN CHÁNDAL!

¿Se puede ser más pusilánime? Ciertamente el reto es difícil. Pues parece ser que a los pocos días el dichoso chándal lo llevaba un barrendero del ayuntamiento de la ciudad, quien lo habría encontrado en un cubo de basura de las inmediaciones del estadio donde tuvo lugar el concierto. Al parecer, el representante de Madonna dijo que, en pocas palabras, menuda mierda de regalo para una superestrella. ¿Quién tiró la prenda? No lo sabemos, pero a mí personalmente no me sorprende lo más mínimo y, la verdad, es lo menos que se merece la primera dama por semejante paletada. Yo, personalmente, si soy la primera dama y me hacen semejante desaire de no concederme la audiencia, seguramente no le cancelaría el concierto porque imagino que a nivel económico los beneficios vendrán bien a la ciudad, pero ya te digo yo que me encargo de que se acuerde bien de mí; le monto un rastreo policial en el avión privado y le registro hasta los ceniceros del aparato y la retengo por lo menos 5 horas para que llegue tarde a su reunión mensual con el líder de la Cábala, vamos que sí. Y desde luego que ni le mando un regalo ni milks en vinagre.

Personalmente creo que, por muy estrella e importante que uno sea, aparte de por supuesto deberse al público, las relaciones públicas también son una parte del trabajo, van en el lote, con lo que si una primera dama quiere charlar contigo media hora, pues te jxxxs y charlas con la primera dama, que para eso el gobierno de su esposo te está pagando un pastizal por ir a cantar a su país. Sinceramente, si yo fuese una superestrella del pop, Dior me libre, y tuviera que verme, por ejemplo, con Sonsoles o con la Botella (me caen igual de mal a la par), desde luego que no daría saltos de alegría, pero si toca, toca. Así que Madge, muy mal por hacerle ese feo a la estonia, aunque peor por parte de esta última por arrastrarse mandándole un regalo, encima con tan mal gusto. ¿Un chándal? ¡¡¡No, no, no!!!!

Pues por lo visto parece que este verano la primera dama no es la única a la que la ambición rubia agravia. Se dice, se comenta y se rumorea que en la celebración de su cumpleaños, hizo llorar a su novio, el modelo brasileño Jesús Luz, por no querer dejarse puesta una pulsera con que éste le había obsequiado en tan señalado día. Al parecer en un momento determinado de la velada, rodeados de sus amigos, el carioca se levantó y declarándole su amor eterno le hizo entrega de una cajita que contenía una pulseira da figa da sorte, una pulsera con una mano en miniatura colgando, de madera normalmente, que se considera un amuleto de suerte muy poderoso en tierras amazónicas, lusas y gallegas (mis adoradas meigas podrán corroborar si es así). Ella le agradeció el gesto, le dijo que era muy bonita y dejó la cajita y la pulseira junto con el resto de regalos. El pobre Jesusito no tuvo nada mejor que hacer que ponerse a llorar por el desplante. La diva alegó que no podía mezclar esas supersticiones con sus pulseras de la Cábala. Vamos a ver, ¿el tal Jesús es tonto? La respuesta es sí, tonto perdido, además de joven, cuenta sólo 22 primaveras. Lo que creo que este chico no ve es que él ahora mismo es, simplemente, el entretenimiento del momento, el toy-boy, de la estrella, que imagino que ahora estará encantada de tener a su lado a semejante jovenzuelo tan guapo que la ponga mirando absolutamente a todas partes, pero opino que este chaval tendría que ser un poquito más realista y hacerse cargo de la situación, además porque en su país, chavales como él, hay a patadas e incluso mejores, mucho. Y Madonna, siempre en mi opinión, ahora mismo lo único que quiere es autoafirmarse en su poderío (a todos los niveles) pese a tener la edad que tiene, que ya va siendo respetable, y olvidarse del tedio que han supuesto los últimos años con Guy, que al principio la pasión es fantástica, pero cuando se acaba y lo único que tienes es a un inglés más de campo que los zorros de caza que lo único que quiere después de trabajar es ponerse hasta arriba de pintas y cantar con sus amigotes en el pub del pueblo, pues claro, te quemas. Así que ella, poniéndose al mundo por montera como ha hecho siempre, ha pescado al primer chicarrón estupendo que se le ha puesto a tiro y lo ha convertido en su baluarte, pero tiempo al tiempo, que le va a durar menos que un Sugus a la puerta de un colegio y no precisamente por él, sino porque ella se va a cansar de tanta estupidez e inmadurez muy rápido (recordemos si no las camisetas con mensaje que nos lucía él al principio de la relación con leyendas del tipo "Jesus loves you", ¿se puede ser más infantil e idiota?). Lo dicho, al tiempo…

(pulseira da figa da sorte)

Y con estas opiniones sobre una de las more grandes os dejo, esperando que me hagáis llegar vuestros pareceres y volver a estar con vosotr@s muy pronto, incluso desde Tokio, pues me llevo el portátil para poder seguir conectado al mundo, aunque sea en horarios diferentes. Y si no actualizase a mi regreso, prometo hacerlo inmediatamente después de mis vacaciones.
Bss Mil,

ElPajarito

Wednesday, 1 July 2009

Tokyo Blues

Pues ya estamos de vuelta, aunque no de vuelta de vacaciones precisamente, pero sí ya de vuelta en tierra patria, por fin. Digo por fin sólo porque, si bien adoro Japón, como bien es sabido, este viaje ha sido particularmente duro. La exposición era difícil (a la par que preciosa), el montaje lo ha sido aún más y, sobre todo, las diferencias culturales con aquel país y los suyos, especialmente a la hora de trabajar. Desde luego que, entre otras cosas, para eso iba yo, para salvar todas esas diferencias, que las hemos salvado, pero es que ha habido que salvarlas todas, no ha quedado una por salir jejeje. Eso sí, una cosa con la que estoy encantado es que, gracias a mi extraño metabolismo, el estrés me adelgaza una barbarité, con lo que he vuelto hecho un pincelito, no con las chocolatinas ya hechas, ojalá, pero vaya, encantado jajajajaja. Además debo decir que la dieta japonesa contínua es de lo mejor que le puedes echar al body, sobre todo en plan detox radical, viene ideal, en serio.

La verdad es que este viaje, si bien largo, casi 15 días, ha sido mega didáctico a muchos niveles y debo decir que estoy encantado con todo lo aprendido, aunque en ocasiones el aprendizaje haya sido más duro de lo deseado. Con lo que me quedo principalmente (aparte de la tarjeta de miembro de Issey Miyake, de la que luego comento) es con que, con ganas, predisposición e ilusión, verdaderamente se puede superar casi cualquier obstáculo. Os pongo un ejemplo; había unos cristales enormes de unos 2x3m que llegaron con medida errónea a Japón y había que quitarles 8mms a cada uno, ocho milímetros, o sea, una porción mega small. La galería receptora, una vez superado el pavor inicial, se puso inmediatamente al habla con varias cristalerías especializadas para llevar a cabo las tareas de corte. Pues TODAS dijeron que no lo hacían, que no querían la responsabilidad de poder cargarse el cristal completo. Pues para que luego digan que Spain is different… y tanto que lo es. El fantástico equipo de montaje con el que viajaba, se puso a hacer sus cálculos, debatieron entre ellos y de repente me los vi, incluyendo al director de la empresa, guantes en mano, tomando las medidas para hacer el corte y quemando el borde del cristal para reblandecerlo. Luego, con una radial que me mandaron a comprar de una ferretería cercana, ayudados de una precisión digna de los más expertos artesanos y rezando con un optimismo jobiano, consiguieron cortar los cinco cristalazos, ante la mirada perpleja de los japoneses que no daban crédito a sus ojos, ya que para ellos aquella determinación es totalmente desconocida. Una vez se hubo cortado, lijado y colocado los cristales, los japoneses rompieron en un estruendo de aplausos que creo que se debió de oír hasta en España, sólo de recordarlo se me ponen aún los pelos de punta. De verdad que yo mismo me quedé alucinado, pues si se hubiese roto uno de los cristalitos, la catástrofe hubiera podido ser mayúscula… no fue así.

Otro de mis descubrimientos fue la tienda hiper mega exclusiva de Issey Miyake, de verdad que no daba crédito a mis ojos. El comisario de la exposición, que la conoció a través de una mega It friend española, fue quien me llevó la primera vez. Resulta que esa tienda vende exclusivamente la línea Pleats Please del diseñador nipón, pero lo que vende esa tienda es de venta exclusiva ahí, no se puede comprar en ningún otro establecimiento del mundo, absolutamente epatante. Eso sí, el día de la inauguración de la exposición, pude comprobar que muchas japonesas estupendorras conocen la tienda también y además siguen sus tendencias, las muy brujas iban con lo last de lo mega last. Lo primero que llamó mi atención de la tienda fueron los foulards, casi fenezco in situ e ipso facto del impacto visual, valga la reponderación de latinismos. Of course, de inmediato me quedé con uno corto en gris y uno largo en negro, absolutamente ES-PECTACULARES ambos. La pena, que el grande llevaba un agujero que no había visto y me tocó devolverlo; el horror, que no tenían más en stock y me quedé sin foulardazo grande estupendo. Eso sí, espero volver en agosto a la recogida de la muestra y poder entonces llevármelo. Lo siguiente que me dejó sin words fueron sus bolsos, unas maravillas del diseño, uno de ellos plegable estilo origami japonés, que podías convertir en bolso estupendo o bolsito mega cuqui divino… de death súbita. Luego había unos maxi bolsos playeros monocromáticos flouorescentes, hechos como si fuera en papel burbuja pero de bolas gigantes, muy difícil de explicar pero verdaderamente ideales.

(El bolso origami de Issey Miyake... para morirse)


Por supuesto, no pude resistirme a comprar un ejemplar de cada a mis adoradas sisters y, con eso y el foulard, las divinas dependientas me ofrecieron hacerme la tarjeta de cliente, que en realidad no sirve para mucho, pues para que te lleguen a hacer un descuento significativo has de dejarte un par de sueldos y tampoco voy a ir yo a su tienda tokiata tan a menudo a gastarme los yens, pero la gilipollez de tenerla es TAN genial, con mi nombre grabado en japonés y todo jajajajajajajajaja. Takayuki San (curador general de la galería y a quien dije que nombraría aquí), un fashionista estupendo con un gusto envidiable, me llevó a algunas tiendas absolutamente ideales adonde compré, entre otras cosas, unos zapatos y una camisa de verdad fantásticos; los pañuelitos de mano en algodón y seda salvaje, que también conseguí gracias a él, son igualmente como para morir por falta de oxígeno.

Y ya una vez pasados los estreses varios del montaje y demás vicisitudes, el sumum fue el día de la gran inauguración. Primero un pase privado de una hora de duración para Tadao Ando, el arquitecto japonés más importante desde hace ya un par de décadas, donde yo traducía las palabras del arquitecto que había hecho la exposición, viajado desde España para la ocasión con un equipo de 16 arquitectos, nothing less. La verdad es que fue curioso por el carácter introvertido y poco habitual de Ando San, pero nada más destacable. A ese mismo pase debía haber venido el presidente de Louis Vuitton Japan, pero el día de antes anuló su cita por un “compromiso ineludible de última hora”, una pena porque tenía muchísimas ganas de conocerle, imaginaos. No obstante, no sé si Dios o Buda o ambos together, pero tuvieron a bien el resarcirme de no conocer al presi Vuittoniano, mandándome a la inauguración a uno de los directivos de Publicidad y Marketing de Hermès, oui, además llevaba un maxi Birkin agarrado por el asa que era como de infarto súbito, en piel de avestruz y tono camel, lo mega more de lo more, ¡qué preciosidad! Intercambiamos tarjetas, ritual casi sagrado en Japón, y me dijo que si al recoger la exposición tenía tiempo, le llamase para tomar algo… os tendré informad@s porque, desde luego, si vuelvo le llamaré, lo sabe Buda, vaya jajajajajajajaja.
Luego vino la correspondiente rueda de prensa, en la que los corresponsales españoles, la verdad, dejaron bastante que desear en mi opinión, pero bueno, para media hora después pasar todos a uno de los salones del hotel que hay justo al lado de la galería, adonde tuvieron lugar unos discursos y un ágape con vino de honor. Encima no sé a santo de what, pero la intérprete en vez de hablar en alto para todo el mundo, lo hizo susurrando y sólo para la esposa del embajador español (una japonesa bastante extraña) y el agregado cultural, también de nuestra Embajada, con lo que me tocó, sin estar previsto, hacer de intérprete improvisado para la coordinadora del Gobierno Español que acompañó nuestra expedición… duro, pero bien. Algo que me llenó de alegría; en el vino de honor estaban mis dos “madres” japonesas, las dos señoras con las que viví en mis tiempos de estudiante en Tokio, mi Migita San y mi Mori San, que además me miraban con cara de orgullo maternal realmente sentido… muy grande.
Y ya de allí la galería nos llevó a cenar, al equipo de montaje, coordinadora, comisario y artista con su equipo, a un restaurante estupendo donde tuvieron lugar los agradecimientos y peloteríos varios de rigor, cabezazos por doquier (las típicas reverencias japonesas) y, todo sea dicho, ya muchas risas después de relajar los nervios previos a la inauguración.

Y así ha transcurrido mi viaje que, igual que Japón en sí, ha estado lleno de contrastes, de los que consiguen ponerlo todo en equilibrio y que la sensación final sea fantástica. Abajo os adjunto algunas fotos curiosas del viaje, pero antes quiero compartir con vosotros una gran frase que leí tiempo a, de Clarke (el de 2001: Una Odisea del Espacio), y que he recordado mucho durante el viaje: <<The only way to discover the limits of the possible is to go beyond them into the impossible>> (“La única forma de descubrir los límites de lo posible es traspasarlos en dirección a lo imposible”). Espero que os gusten las fotos. Hasta pronto.
(Sushi del Sushi Bar del Hotel Ritz Carlton, era TAN bonito que daba pena comérselo)

(Vista nocturna de Tokio desde mi habitación del piso 34)

(Grunges en Harajuku)

Bss Mil,

ElPajarito

Monday, 8 June 2009

Entre Confines

Se acerca el verano, ya peligrosamente, y muchos empiezan a ver aproximarse esas tan ansiadas, y casi siempre merecidas, vacaciones estivales. Da igual que se tenga ya un plan determinado al efecto (con un pedazo viaje incluido en el plan a, pongamos, una playa de la costa oriental tunecina, o una caribeña, o a un tour por las impresionantes ruinas de la Riviera Dálmata), o que no haya nada en el programa, simplemente disponer de ese tiempo para uno mismo, para descansar o dedicarse a lo que a uno realmente le dé la santa gana, pero lo más importante, desconectar del trabajo, que de eso se trata.

Pues mientras una gran parte de la población ve acercarse este momento, un servidor sólo lo ve alejarse más y más, pues don Trabajo manda y cuando llama a la puerta no puedes, por lo menos en mi caso, hacerte el sueco y fingir que no estás o que no lo has oído. Prácticamente desde que escribí la última entrada sobre el bochorno de Eurovisión, estuve absolutamente abducido con la organización y logística de una mega exposición que se inauguró hace poco más de una semana en uno de los museos más importantes de mi ciudad. La verdad es que la experiencia ha sido muy gratificante, a la vez que interesante y didáctica, además de que me ha permitido conocer de cerca y compartir impresiones con gente tan variopinta e interesantísima como el grandísimo Robert (Bob) Wilson (quien ya comisarió la sublime exposición de Armani en el Guggenheim bilbaíno hace años, entre otras grandes), Vincenzo Trione, el estadounidense Aaron Betsky o el divertidísimo Gianluigi Colin, director de Arte de Il Corriere della Sera, entre otros. Y pese a que la exposición no iba sobre moda, en absoluto, sino sobre confines, los que quiera marcarse cada uno, allí había una pieza del sinigual Hussein Chalayan, diseñador punterísimo turcochipriota con el que tuve oportunidad de departir tanto para traer su traje a Valencia como para su emplazamiento dentro de la muestra, todo un honor.

Aparte de la locura de la parte logística, la atención a correos, curadores y comisarios era otra de mis funciones, que debo decir que disfruté enormemente, pues aunque iba de cabeza de un lado a otro del museo, escaleras arriba y abajo, sala aquí, sala allá, ahora al muelle de carga, etc… me sentí verdaderamente afortunado de formar parte de algo TAN grande que estaba ocurriendo en mi propia ciudad y con lo que encima estaba aprendiendo tanto, es un poco difícil de explicar, la verdad, sobre todo cuando no se pueden dar detalles más concretos que los ya explicados, que ya son. Y quisiera que me permitieseis acogerme a esto como excusa, espero que aceptable para tod@s vosotr@s, para haberos tenido abandonad@s de la hand de Dior durante este tiempo y el que me queda, pero de verdad que no he tenido tiempo para nada más. De hecho, la semana del montaje de la exposición me trasladé también al hotel en que estaba alojado todo el personal, no os digo more.

Justo al terminar, un viernes a las muchas de la madrugada, tuve que subirme a un avión rumbo a mi querida Praga, adonde tuve que supervisar la clausura una exposición que se inauguró hace tres meses y que ya mencioné de pasada en otro post. Al final en Praga el trabajo se hizo muy rápido y muy bien, cabe decir que gracias enteramente a MI equipo y no al personal de allá, que son la gente más difícil con la que he tenido que lidiar in my life, lo cual me permitió pasarme un último día enterito de libre disposición, con su noche correspondiente jeje, en la capital de la antigua Bohemia, que pasé paseando y comprando souvenirses artesanos varios, absolutamente divinos, y la noche una de las más divertidas que he pasado en mucho tiempo.

Pues a mi regreso de Praga, aún no hace una semana, lógicamente he estado también ocupadísimo con los trámites de clausura de la exposición checa, a la vez que pasando hojas de gastos por la muestra en Valencia, un no parar absoluto. Como colofón a esto, cuando estoy terminando con lo que acabo de mencionar, también estoy preparando el montaje en Tokio de otra exposición de un artista español, evento al que me marcho este viernes próximo y que me tendrá en mi adorado país del Sol Naciente hasta el día 26, así que desde ya me disculpo porque (máxime cuando viajo con un grupo grande de gente para la ocasión) os tendré de nuevo medio abandonados al menos hasta mi regreso. Aún así que sepáis que a mis adorad@s de siempre, cuando puedo, los sigo leyendo y me río con sus cosas y comments, aunque no tenga tiempo o fuerzas para comentar en los blogs respectivos, pero no os olvido never, ni a mis bloggers ni a tod@s los que sin tener blog propio estáis siempre ahí apoyándonos a todos y visitándonos casi religiosamente.

Por cierto, un apunte para mi querida Prosapia, he recibido tu mensaje y leído tu blog fugazmente, pero no me he enterado muy bien de lo que hay que hacer, así que prometo, en cuanto pueda, releerlo con toda mi atención y corresponder la cortesía.

Así que dicho todo lo anterior, más que un “Sayóonara” (adiós en japonés) os diré “Mata Ne” (nos vemos), pero sabed que os estaré siguiendo desde el otro “confín” del mundo.
Bss Mil,

ElPajarito

Sunday, 17 May 2009

La noche no fue para ella... o la falacia eurovisiva

La verdad, no sé el resto de Europa cómo lo llevará, pero desde luego España ni estuvo living a celebration ni la noche fue para nosotros, como rezaba anoche nuestra canción valuarte en el Olimpiysky Arena de Moscú, durante la celebración del Festival de la Canción de Eurovisión.

Antes de nada, me gustaría resaltar el tremendo y espectacular despliegue técnico y económico por parte de Rusia que fue, cuanto menos, impresionante. Es lo que tiene que, en época de crisis, te toque organizar un evento así; Putin pide a los mafiosos más grandes del país (como el prometido de mademoiselle Naomi Campbell) que saquen unos milloncejos en B de sus economías mega sumergidas para auspiciar el evento y voilà, tienes apañado el übber show que pudimos ver, con el presentador y presentadora luchando por ser la nueva Barbie Perestroika.
(Las Barbies Perestroika)

Esta edición me ha parecido, con mucho, la más incoherente en largo tiempo por varias cosas. Vaya por delante que personalmente me encantan los festivales y manifestaciones folclórico populares de todo tipo, pero no me parece que Eurovisión sea el lugar idóneo para este tipo de actuaciones, sobre todo porque al ser un festival en el que entran (y votan) tantos países y tan distantes, es difícil que todo el público llegue a apreciar correctamente la calidad de la actuación a niveles tan supraculturales. Este fue, como muchos, el caso de Inga y Anoush, las hermanas representantes de Armenia, que se ataviaron con trajes regionales y cantaron y bailaron un tema popular armenio mezclando algunos párrafos en inglés para hacerlo más eurovisivo. Tres cuartos of the same hizo Nely Ciobanu por Moldavia, con unos saltimbanquis muy ad-hoc que, la verdad, daban más la impresión de estar bailando el Kasachov ruso que otra cosa (y ella parecía una matrioschka entripada, sorry).

(Matrioschka entripada y coro kasachovero)

Otra incoherencia; si bien es práctica regular que, por ejemplo, una española se presente por Andorra, o una irlandesa (no norirlandesa) por el Reino Unido, los mixes representativos de anoche no tuvieron ni pies ni cabeza, a saber, una georgiana (creo que residente en Londres) y un iraní nacionalizado sueco, como fue el caso de los representantes de Azerbaiyán, que además ofrecieron una actuación al más puro estilo Bisbal pero sin gracia para mover el esqueleto, una pena. Aún así quedaron en un nada desdeñable tercer puesto… vaya tela. El mismo caso fue el de Hadise (una chica muy guapa, todo sea dicho, que nació y creció en Bélgica hija de emigrantes turcos, con lo que, de acuerdo, tendrá la chica más feeling turco que yo, vale, pero sigo sin aceptar barco como animal acuático), que representó a Turquía. Otro caso de libro fue el del propio organizador, Rusia, que tuvo como representante a una ucraniana seudoesquizofrénica que, como no logró clasificarse por su país, se presenta por el vecino y va y la dejan, sigo sin aceptar barco como animal acuático. A ver, ¿a caso nos parecería bien que, por muy vecina que sea por ejemplo, Italia, y por bien que cante, digamos, Raffaella Carrá, ésta nos representase en el festival? Pues sorry pero a moi me parece fa-tal.

(La belgo turca y sus coristas)

Luego aparte están ya las actuaciones extrañas per se, como fue por ejemplo el caso de Finlandia, que mandó a un cantante colocado junto con tres coristas ataviadas cuales vulgares meretrices portuarias de los 90, o los soldaditos napoleónicos con muñecas hinchables vivientes que mandó Bosnia y Herzegovina, absolutamente demencial. De igual forma, la representante sueca, que tenía una cara de loca que no podía con ella, además de llevar a juego el pelo con los plumones inferiores del traje que llevaba, espeluznante en grado sumo, o la representante de Malta, que parecía que se hubiese cenado la Plaza Roja moscovita entera y cantaba en un inglés casi incomprensible… serían gases por el atracón. Y para qué hablar de las, a mi parecer, ridículas actuaciones de, por ejemplo, Portugal. ¿Qué pretendían enviando a una desequilibrada que iba hasta arriba de vinho verde y su corista bananero recién importado de Angola?



(La representante maltesa)

Y de incoherencia a incoherencia y tiro porque me toca, fue el caso de Alemania. Cuando por una vez los Deutsche Gramophons van y mandan a alguien decente a representar a su país, con una actuación fuerte y sólida, con un cantante guapérrimo, buen tema y la colaboración especial de la reina del burlesque (Dita, of course), van y hacen el ridículo más grande de los últimos años. O mismamente nosotros, que si bien no llevábamos el mejor tema, creo que no lo hicimos tan mal como para merecer el penúltimo puesto; aunque el extraño maillot de Soraya con esa parte superior color carne horrendo y ese pareo anudado a la cintura, no le hacían ningún favor, ni el pelo quemado, encrespado de tanta plancha y ultra oxigenado que lucieron los chicos del cuerpo de baile. No obstante creo que la extremeña y su equipo lo hicieron bastante bien y, desde luego, fueron a dar lo mejor de sí mismos. Totalmente injusto el penúltimo puesto otorgado.


(La actuación del representante alemán con Dita Von Teese)

(Soraya y sus chicas)

Fuera como fuere, al final fue Noruega quien se hizo con la victoria gracias a la actuación de Alexander Rybak con su Fairytale “Cuento de hadas”. Como dicen muchos, a favor de este chico jugó esa cara aniñada de bonachón, gracioso y buena persona que tiene el chaval. El tema en mi opinión no estaba mal, aunque quizás tenía demasiadas reminiscencias húngaro-bohemias, con esos acordes cíngaros y música de violín que poco recordaba al país escandinavo al que representaba. Cabe decir también que el joven Rybak nació en Ucrania y no pisó suelo noruego hasta los cuatro años, aunque cuando le entregaron el premio habló para la audiencia de su país en perfecto noruego con acento oslita y no dudo que el chico se sienta tan noruego como la propia Marta Luisa o su hermano Haakon.


(Alexander Rybak poco antes de erigirse como vencedor absoluto)

Y qué más puedo decir, que aunque no tenga sentido ninguno, en mi opinión, en este festival que ya cuenta 54 primaveras, lo que prima es un sentir político económico que apesta. Creo que España debería retirarse forever de semejante falacia pantomímica, al menos hasta que esto cambie. Y vosotros, ¿qué opináis?
Bss Mil,


ElPajarito

Wednesday, 29 April 2009

Preguntas y respuestas

¡Qué horror de primavera, por Dior! Este año la alergia me tiene totalmente frito. No importa que me tome las pastillas (de prescripción médica eh), mi nariz sigue poniéndose cual pimiento morrón y el resto de síntomas típicos de estas afecciones acucian y acosan sin piedad. Y como no le puedo hacer más de lo que ya hago, medicarme religiosamente, me toca decirme a mí mismo, c'est la vie, mon chou, lo cual me hace acordarme de una de mis belgas preferidas, mi querida Cruela, quien por cierto me ha nominado para un meme larguísimo, así que sin más dilación me pongo a ello.

Lo primero es decir las normas, así que...
1. Responder a las preguntas en tu blog.
2. Cambiar una pregunta que no te guste por otra inventada por ti.
3. Añadir una pregunta creada por ti.
4. Pasarlo a otras ocho personas.

Pues al lío:

¿Cuál es tu obsesión ahora mismo?

Encontrar mi sitio.

¿Un buen lugar para relajarse?

El balcón de mi amiga L. Me siento allí con ella casi todos los días al terminar de trabajar, nos tomamos una cervecita al fresco y comentamos sobre cualquier cosa.

¿Te echas la siesta?

Desde que he vuelto a España sí, casi todos los días, creo que es una gran costumbre que habría que mantener y conservar como al lince ibérico.

¿Quién ha sido la última persona a la que has abrazado?

A mi señora mother, un abrazo y un beso, esta mañana, como todos los días, antes de venir a trabajar.

¿Tu plato preferido para la cena?

Pasta con cualquier cosa y toneladas de queso.

¿La última cosa que te has comprado?
Un foulard de verano de GA absolutamente espectacular, hace un par de semanas, en el aeropuerto de Zurich (el tiempo libre en las escalas es criminal).


¿Qué escuchas ahora mismo?

Big girls don't cry, de Fergie, canción ideal donde las haya.

¿Tu estación del año preferida?

Depende, verano o invierno, pero ni primavera ni otoño, soy más de extremos que de medios.

¿Cuáles han sido tus mejores o peores vacaciones?

La verdad es que puedo decir tranquilo y orgulloso que he tenido muchas vacaciones muy buenas, pero si me he de quedar con un viaje en particular, hace dos veranos, las últimas vacaciones de familia completa que hicimos (padres, hermanos, cónyuges e hijos) porque ya son irrepetibles, 34 almas en el Caribe, cómo me reí y divertí, my God!

¿Qué tienes en tu armario del baño?

Mi agua de colonia, mis cremas, mi exfoliante, mi tónico, mi after-shave y mi espuma de afeitar. Mi kit de aseo personal, básicamente.

Di algo de la persona que te pasó este meme: J'en pête de joie, anda que te habrás quedado a gusto, bo-ni-ta!

Si pudieras tener una casa totalmente amueblada gratis en cualquier parte del mundo, ¿dónde te gustaría que estuviera?

Sin lugar a dudas, un loft industrial en Tribeca, mi zona preferida del bajo Manhattan.

¿Lugar favorito de vacaciones?

También sin duda alguna, Huahine, una de las islas de la Sociedad en el archipiélago polinesio, ES-PECTACULAR e IN-COMPARABLE.

¿Cuál es tu té favorito?

El hon cha, o té verde japonés, como no podría ser de otra manera. No obstante, soy absolutamente cafetero.

¿Cómo tomas el café?
Largo, con una cucharadita de azúcar y con un par de gotas de leche solamente.
¿Qué tipo de música te gusta?
Como decía mi adorada Ely, de todo, escucho desde los grandes clásicos como Puccini o Wagner, hasta lo más actual como El canto del loco, Shakira, Madonna..............................

¿De qué te gustaría librarte?

De ver sufrir a quienes quiero.
¿Qué querías ser de pequeño?
Ginecólogo, lo tuve clarísimo desde muy pequeño, mi mayor ilusión era traer al mundo a mis sobrinos. La vida da muchas vueltas y en vez de traer niños al mundo he acabado interpretando en conferencias médicas, no cambiaría nada eh.

¿Qué echas de menos?

Más humanidad y sinceridad en la gente.
¿Qué estás leyendo ahora mismo?
眠れる美女 (Nemureru Bijo, La Casa de las Bellas Durmientes), de Yasunari Kawabata, totalmente epatante.

¿Cuál es tu marca preferida de vaqueros?
Levi's y EA.

¿Qué pieza (nueva o vintage) de diseñador de ropa te gustaría tener?
El abrigo de forro de zorro que sacaron D&G la temporada pasada, de lo más espectacular que he visto en años.

¿Cuál es la combinación de colores que más usas?

Últimamente, blanco y negro, azules varios.

¿Con qué celebridad te identificas?

Según FB, con Isabel Preysler jajajajajajajaja. La verdad, con ninguna, no quiero parecerme a nadie sino aprender cosas buenas de mucha gente y hacer mi propio mix.

¿Vivirías tu vida de distinta manera a como la vives ahora?

jajajaja Pues sí, de manera muy distinta, pero estoy en camino eh.

¿Volverías a crear el blog?

Por supuesto que sí, me encanta mi blog y me encanta la gente a quien he conocido gracias a esto.

No podrías vivir sin…

... sin gafas de sol ¿es legal vivir sin ellas?

Físicamente, ¿quién es tu hombre ideal?

Esta pregunta la cambio por: ¿Adónde te irías ahora mismo? A Isla Mauricio, como una clienta que vino ayer a la agencia de mis hermanas y que tenía pensado irse a Méjico, hay gente muy afortunada.....

¿Qué prenda (ropa, calzado o complemento) tienes en casa que tenga mucho valor sentimental para ti? ¿Por qué?

Tengo muchas prendas con mucho valor sentimental o con historias muy peculiares. Si me tengo que quedar con una sólo, mi anillo, un Bulgari absolutamente epatante regalo de uno de mis hermanos, para que me deshiciese del que tenía antes y que me había regalado un amor de antaño y que no había forma de quitarme.

¿En el armario de qué famosa te gustaría perderte?

En el de Ivanka Trump, tiene que ser como para morirte del infarto ipso facto.

¿Qué sueles desayunar?
Mucho café, con una gotita de leche, en cantidades industriales, no suelo ingerir alimentos sólidos hasta la hora de comer.

¿Cuál es el último sueño que has tenido?

Anoche soñé con que me tocaba la Euromillones pasado mañana, primero me iba a reponerme del susto a un chaletazo en República Dominicana y luego a arrasar Nueva York y hacerme el armario más espectacular que pudiese soñar. El despertar ha sido TAN duro....

Di tres cosas de las que te sientas orgulloso.

De mis padres, muchísimo; de mis Amigos (con mayúscula); de mis logros (muchos o pocos pero ahí estamos).

¿Cambiarías algo de ti mismo?

La impetuosidad irrefrenable que me invade a veces.

La pregunta de Sandra: Un sueño.
Ser jefe del equipo de interpretación de español de la ONU.

La pregunta de X: Si todo el mundo que conoces de tu "vida real" se enterase de que tienes un blog y no pudieras vetar el acceso más que a uno o dos, ¿quiénes serían?
No vetaría a nadie.
La pregunta de Lía: ¿Que es lo último que piensas antes de dormir?

Muchas cosas, cada noche pienso en algo distinto, según cómo se haya desarrollado el día.

La pregunta de Elly ¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo?

Porque la gente es muy cínica, incluso con ellos mismos.

La pregunta de Cruela: ¿Crees que si no haces ese meme y rompes la cadena, caerá sobre ti las peores calamidades como una plaga de mosquitos tigres, y aún así piensas arriesgarte a no hacerlo?
Pues no lo pienso, pero por deferencia a Cru y al resto, aquí estamos.
La pregunta de ElPajarito: ¿Qué blogger te gusta más y menos?
Y ahora tengo que nombrar a ocho personas más. La mayoría de bloggers que conozco ya han sido nominados así que sorry si no llego a los ocho: Jose_Airam, Audrey, Ray (de Wherethelightsend), BoticaPop, María (no estoy seguro de si la han nominado ya).
Pues ale, ya está hecho.
Bss Mil,
ElPajarito
PD- Ely, no se me ha olvidado que te debo aún un meme...llegará ;-)